Hay momentos íntimos de dicha como este que transito en estos minutos. Dentro del dulce caos de mi vida, este es un lago silencioso, el ojo del huracán, el premio del día. Todo está oscuro, hay calma en la casa, tengo varios artículos para terminar y eso me tortura un poco... pero no puedo dejar de sonreír.
Amo lo que hago y lo que hago me ama. Y me he dado cuenta de que uno de los motores de mi vida es eso, amar, dar, entregar. Y la recompensa inesperada es, felizmente, la dicha.
No entrego como los condenados, ni bajo presión. Son oleadas de pasión que ya no me canso en domeñar. Me encanta ese estado de éxtasis, de pura drenalina, de corazón volcánico y manos frías. Es en ese estado de pasión cuando estalla lo mejor de mí.
Pasión por el trabajo, que amo. Pasión por mis hijos, que son yo. Pasión por el amor, que rige mi norte. Pasión por el sexo, que respiro. Pasión por la risa. Pasión por saber. Pasión pura que se traduce en mi paso firme de tranco largo. Me gusta entrar y salir y sentir las miradas resbalando por mi silueta. Me gusta mirar dentro de los ojos de alguien y lamerle el alma, así, en silencio.
Pasión por la vida. Caminar descalza, morder mi labio inferior, acariciar con la palabra, oler el deseo, provocarlo, gozarlo y satisfacerlo, suspirar el descanso, reir la broma, disfrutar la complicidad, salvaguardar la intimidad, cuidar, proteger, gruñir, morder, gañitar, leer, tocar, probar, degustar, pensar, filosofar, deducir... observar, escuchar, sopesar, regalar, amar... vivir.
Hoy pude sentir, rodeada de gente, el latido de mi corazón. Fuerte, en ascenso, golpeando jubiloso dentro de mi pecho. Hasta temí que se escuchara y asustara a alguien. Lo disfruté desbocado, enloquecido, desenfrenado. No estaba haciendo esfuerzo alguno. Sentada, sonriendo, hablando. Pero allí estaba la fuerza que me empuja, hubiera podido cantar.
Después me desgañité tarareando en la intimidad de mi coche, y jugué con mis hijos, hablé de amor, y seguí sonriendo.
Mañana será otro día. No puedo esperar a bebérmelo. Pasión por la vida. Punto final.
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