Sábado... ¿y sigues enredada en la rutina de "todos primero y yo al final"? Hmm... "No good, mami".
Vamos, durante la semana te has vuelto indispensable para que mundo gire, despiertas a todos en casa, te ocupas de la administración, limpieza, decoración, mantenimiento, tus hijos se alimentan de ti o por ti, tu compañero sobrevuela las cosas cotidianas porque tú lo haces posible (si tienes un compañero que comparte contigo 50% de las tareas, este post es para los dos), lo que no hayas hecho hasta ayer en el trabajo puede esperar al lunes. En fin, chica, aterriza en el fin de semana ahora.
Hoy es sábado, mañana domingo. Eso debiera hacer sonar una campanita en tu cerebro. ¿Recuerdas cuando éramos pequeñas y el viernes sabía a víspera de vagancia absoluta? ¿Recuerdas ese sentimiento de que el fin de semana era una franja de seguridad, por estrenar, llena de tranquilidad y placer? Pues tengo noticias, el finde sigue siendo el mismo, no es más corto. Lo que pasa es que ahora acumulas en estos dos días todas las tareas postergadas de la semana y resulta que ni siquiera son tareas para ti. Así no sirve, así vas a llegar al lunes más cansada que ayer.
Entonces, cuando terminemos este post, yo de escribirlo y tú de leerlo, vamos a ponernos en "Weekend Mode". Vaguea, consiéntete, pasea, ten buen sexo, lee, come chocolate o galletas de arroz (eso depende de lo que te haga sentir mejor), abúrrete un poco, conversa, haz zapping, depílate, date un baño larguísimo de burbujas, quédate en pijama 48 horas, lo que quieras, pero recupera el sabor del fin de semana. Lo necesitamos, de verdad, nosotras, ellos, los niños, hasta las mascotas. Una pausa para tomar aliento.
¡¡Te veo el lunes!! Voy a vaguear.