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sábado, 1 de octubre de 2011

Ninfómanas... ¿mito o realidad?¿Existen estas mujeres insaciables de sexo?

La fantasía masculina de encontrar una lasciva ninfómana es muy común, la imagina ardiente y urgida por tener una relación sexual... ¿hasta dónde es cierto? 
 
 
Una fantasía recurrente en los varones es encontrar una mujer ninfómana, que tenga deseos de tener sexo todo el tiempo, donde sea y cómo sea. La mujer hipersexual que se estremece de placer continuamente y está dispuesta siempre. Sensual y sexual, abierta a experiencias nuevas y sugestivas, complace a uno o varios hombres de la manera que ellos deseen.
La mujer ninfómana no es así. Se juega con este término, se unifica la promiscuidad, la libertad sexual, la sensualidad, el erotismo con una patología médica: la hipersexualidad humana.
La ninfomanía está descrita en la Real Academia de la lengua como "Furor uterino". Es en realidad la versión femenina de la satiriasis masculina, un deseo aumentado y compulsivo de la cópula, algo que es patológico, puesto que tiende a dominar el pensamiento consciente e interfiere con todos los demás aspectos de la vida cotidiana de la persona.

Ninfomanía por causas orgánicas

Causada por lesiones en la zona límbica del encéfalo, por tumores o por accidentes angioencefálicos. En mujeres con episodios epilépticos puede presentarse durante un período de convulsiones del lóbulo temporal, llegando incluso a extremos de cometer crímenes sexuales de los que la autora no tiene registro ninguno después.
Los cambios hormonales en las menstruaciones o en la menopausia pueden derivar también en comportamientos de ninfomanía. Anfetaminas, opiáceos y andrógenos pueden estimular el deseo y compulsión sexual femeninos, aunque el estado sería pasajero.

Ninfomanía por causas psicológicas

Estas pueden ser emocionales, donde la mujer llegue a creer que la manera de ser amada es mantener relaciones sexuales indiscriminadas. Se crea un círculo vicioso, porque el sexo no es la complementación de un afecto existente y no se halla el placer físico y emocional de plenitud, muy al contrario, la búsqueda de afecto a través del sexo deja vacía emocionalmente a la mujer y su búsqueda se intensifica.
Algunas enfermas psiquiátricas con esquizofrenia, psicosis, maniaco-depresión o sociopatías, presentan estados de ninfomanía, pero no son responsables de sus actos, aunque sí son conscientes de lo que están haciendo.

Ninfomanía no es libertinaje sexual

El término ninfómana se ha utilizado alegre y livianamente para adjetivar a toda aquella mujer con un notable apetito sexual. Dependiendo del punto de vista, el deseo sexual de una mujer resulta exagerado para un hombre si ella es multiorgásmica, por ejemplo, y él un eyaculador precoz.
En el marco de una sociedad muy recatada y llena de tabúes, una libertad sexual bien vivida y disfrutada por elección propia también puede ser tachada de ninfomanía. Incluso la práctica habitual de la masturbación femenina aún sorprende a muchos, e inmediatamente incluyen este íntimo placer en la categoría de patología.

El mito y el erotismo

Es muy común en los sitios web pornográficos encontrar la palabra ninfómana como referente para los vídeos o fotografías de mujeres ardientes que no pueden mantener las manos quietas y las piernas juntas, el deseo de mantener sexo es superior a ellas y realizan todo tipo de prácticas para satisfacerse.
Los espectadores de dichas fantasías adquieren la noción errónea y comercial de la realidad. Las mujeres ninfómanas rara vez sienten placer con el coito, hasta pueden ser frígidas, es tanta su obsesión por satisfacer la necesidad emocional, el vacío interior, que el acto sexual es un medio y no un fin en sí mismo.
Una verdadera ninfómana, y es muy raro encontrarla, teniendo en cuenta que la población con hipersexualidad es del 6% (y dentro de esta, las mujeres ocupan un 2%), lo mantendrá disimulado y callado.

Nunca hará ostentación de tal condición si puede ser consciente de que le está pasando y pedirá ayuda desesperadamente para un sufrimiento que, encima de todo, considera vergonzante.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Sexo para gozar

Disfrutar del tiempo libre es necesario, si además se aprovecha para reencontrase con los instintos más naturales de nuestra esencia... mejor que mejor.
Ruge profundo este fin de semana.


sábado, 24 de septiembre de 2011

Baja del pedestal, es fin de semana... ¡relájate!





Sábado... ¿y sigues enredada en la rutina de "todos primero y yo al final"? Hmm... "No good, mami".

Vamos, durante la semana te has vuelto indispensable para que mundo gire, despiertas a todos en casa, te ocupas de la administración, limpieza, decoración, mantenimiento, tus hijos se alimentan de ti o por ti, tu compañero sobrevuela las cosas cotidianas porque tú lo haces posible (si tienes un compañero que comparte contigo 50% de las tareas, este post es para los dos), lo que no hayas hecho hasta ayer en el trabajo puede esperar al lunes. En fin, chica, aterriza en el fin de semana ahora.
 Hoy es sábado, mañana domingo. Eso debiera hacer sonar una campanita en tu cerebro. ¿Recuerdas cuando éramos pequeñas y el viernes sabía a víspera de vagancia absoluta? ¿Recuerdas ese sentimiento de que el fin de semana era una franja de seguridad, por estrenar, llena de tranquilidad y placer? Pues tengo noticias, el finde sigue siendo el mismo, no es más corto. Lo que pasa es que ahora acumulas en estos dos días todas las tareas postergadas de la semana y resulta que ni siquiera son tareas para ti. Así no sirve, así vas a llegar al lunes más cansada que ayer.
 Entonces, cuando terminemos este post, yo de escribirlo y tú de leerlo, vamos a ponernos en "Weekend Mode". Vaguea, consiéntete, pasea, ten buen sexo, lee, come chocolate o galletas de arroz (eso depende de lo que te haga sentir mejor), abúrrete un poco, conversa, haz zapping, depílate, date un baño larguísimo de burbujas, quédate en pijama 48 horas, lo que quieras, pero recupera el sabor del fin de semana. Lo necesitamos, de verdad, nosotras, ellos, los niños, hasta las mascotas. Una pausa para tomar aliento.
 ¡¡Te veo el lunes!! Voy a vaguear.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Jane Goodall, el ángel de los chimpancés libres


¿Conoces a Jane? Es una mujer... especial. Esta mujer menuda ha entregado su alma y su vida por la defensa de los chimpancés. Ella es la mayor autoridad mundial sobre el comportamiento de los chimpancés y dirige las investigaciones que se llevan a cabo sobre esta especie.

Cuando Jane Goodall llegó a África estaba llena de sueños. Nacida en Londres en 1934, de familia modesta, no pudo estudiar al finalizar el colegio, pero siempre soñó con vivir y escribir acerca de los animales salvajes. Trabajó de camarera para ganarse la vida hasta que un día una amiga la invitó a África en 1957.

El comienzo

Tuvo que trabajar durante meses para poder conseguir el dinero, pero en África conoció al científico Louis Leakey, mentor de Dian Fossey y Biruté Galdikas, quien la contrató como secretaria y la invitó a participar de un proyecto de estudio de chimpancés en Tanzania en 1960. Desde entonces, los chimpancés y Jane fueron una misma historia.