martes, 17 de julio de 2012

La Madre Patria y otras tonterías

Esta mañana charlaba online con un amigo y mencionó la expresión "Madre Patria". A mí me da un calambre cada vez que escucho eso. No lo había escuchado en la calle hasta que vine a vivir a Argentina. Había leído referencias pero, así, como algo real y vivo, nunca. Desde España nunca me consideré moradora de una Madre Patria de nadie. Más bien me parecía un apodo para esconder barbaridades como la "Conquista de América".
Cuando llegué aquí me di cuenta de que, realmente, aún hay personas no españolas que consideran a España su "Madre Patria". Bueno, para aquellos que así lo creen, vaya este sacudón:

 1) España no es la Madre Patria de nadie excepto de los españoles (y eso hay que desenmarañarlo porque cada autonomía está en lo suyo y, españoles españoles, quedan pocos).
 2) Piensa en esto. Una madre entrega, cuida y protege. Hmmm... ¿dónde ves que España haya hecho eso con algún pueblo extrapenínsular? (Y tampoco con Portugal, que es un país soberano y no una línea dibujada en el perfil del mapaaaaaaa).
 3) A España, de los países latinoamericanos le interesan: las materias primas, los paisajes, las vacaciones. La gente, en su mayoría, le parece bien si se quedan en sus casas. O sea, los argentinos son maravillosos y generosos siempre y cuando se queden en Argentina, en España son unos sudacas de mierda si pretenden quedarse allí. ¿Estamos? (Esto corre para todos los países de USA para abajo).
 4) No, aunque seas nieto o bisnieto de españoles y tengas un pasaporte (o estés luchando por conseguirlo), tu acento te delata. No eres español para el conjunto de la población, no son tus hermanos más que que los bolivianos, los guatemaltecos o los mexicanos. No insistas. Nunca te lo van a reconocer de los dientes para dentro.

 5) No te agarres una pataleta y un disgusto cuando leas esto. Te aviso para que no te agarres la pataleta y el disgusto en un cuartito mugriento de la aduana aeroportuaria de Barajas. (Te ahorro el viaje).
 6) NO TODOS LOS ESPAÑOLES atienden a estas premisas... pero ¡uf! una porción de ellos bastante grande sí que lo hace.
 7) Los sudamericanos de vacaciones con tarjeta de crédito y pasaje de vuelta, son Sudamericanos de vacaciones. Los demás son sudacas que hay que expulsar. (También se admiten intelectuales y algunos artistas).
 8) Cualquier país tiene derecho a cuidar sus fronteras, tener sus leyes de inmigración y admitir o no a quien quiera. España también, quítate de la cabeza que es un insulto personal. No eres español ni España es tu madre. Eres extranjero. Lo mismo te pasaría en otro país. La carga emocional con España hace que esto parezca aún más cruel.
 9) Tienes un país maravilloso que sí es tu patria. ¿Te has puesto a mirar bien?
10) Si aún así quieres emigrar, lo que es muy entendible y además enriquece los horizontes, recuerda que eres un emigrante, con todo lo que eso conlleva.


Yo soy española, emigrante, residente en Buenos Aires. Nunca seré argentina, no lo pido, no lo necesito. Elegí mi camino voluntariamente. Me hago cargo de todo lo bueno y lo malo que me pasa en cada país en el que resido. Amo España y amo Argentina. Veo los defectos y virtudes de ambos países. Siento los dolores de ambas naciones, y las alegrías. Pero sí siento una cosa que creo es cierta: Latinoamérica es maravillosa en sí misma. Es jóven, pulsante, vital. Europa tiene historia, sabiduría, experiencia, dolor... pero no es más que otros continentes. La gente es la misma en todos lados y haber nacido en un punto del planeta u otro, no te hace más o menos que nadie. Los logros de los cuales estar orgulloso se construyen durante tu vida, no se heredan.
Tienes una fecha de celebración de la Independencia de tu país... entonces... ¿qué coño de Madre Patria? Ya está. Punto. Creciste. Emancípate... también emocionalmente.
 

lunes, 16 de julio de 2012

Escríbeme bien, que no te oigoooooo

La verdad, eso de que "lo que importa es el contenido y no la forma" me parece una majadería cuando se trata de nuestra lengua española. Sí importa la forma, se suele llamar GRAMÁTICA. Resulta que tenemos un idioma muy fácil para transcribir nuestros pensamientos. Se escribe como se pronuncia... claro, si se pronuncia bien.
Un mensaje puede perder mucha fuerza y seriedad si las faltas ortográficas nos saltan a los ojos. Es una pena que interferencias de ese tipo acaben distrayendo la atención de lo que se quiere decir. A ver. En cinco minutos he encontrado estos dos carteles en Facebook:















Los mensajes son excelentes. No a la discriminación y no al maltrato animal, especialmente el toreo del que ya he escrito hace no mucho. Pero en los dos carteles hay faltas de ortografía tan groseras que son lo primero que veo. No hacía falta tanto para no empañar tan excelentes iniciativas. Un mísero corrector automático, un buen amigo que señale la errata, un alma generosa que nos haga el favor de escribir el texto.
Quizá parezca exagerado, pero no lo es. Las faltas de ortografía restan valor al mensaje. Lo primero que hace el lector es desvalorizar lo que está leyendo porque no viene de una fuente fiable. El que escribe mal muestra ignorancia y eso arrastra lo que está diciendo. ¿Es justo? ¿La opinión del que escribe mal vale menos? Claro que no, pero hablamos de un código, y, como en todo, si lo que nos interesa es comunicar, tenemos que usar los patrones correctos.
El entusiasmo es valorable, muy valorable y, de hecho, el motor de cualquier mensaje como los de arriba. Pero no es suficiente. Como le he dicho a una amiga mía que de estas cosas sabe, "el fin no justifica los medios" cuando hablamos de comunicación. Se puede hacer muy bien con muy poco.

domingo, 8 de julio de 2012

7 de julio, San Fermín... pero yo no.

Siempre que llegan estas fechas y la gente sabe que me crié en el País Vasco, me preguntan lo mismo "¿Corriste en San Fermín?". Yo me quedo pensando una respuesta adecuada. ¿Cómo le digo a mi ilusionado interlocutor que ni loca, ni en cien vidas, me pondría a correr de mañana temprano delante de unos cuantos toros de lidia bastante cabreados por una calle un tanto resbaladiza, de blanco y con un pañuelo rojo al cuello? Es que, a ver, haber nacido o haberse criado en un lugar, no quiere decir que somos un  tópico ambulante. (Veo que he utilizado la expresión "tópico o topicazo" en menos de 24 horas. Me parece que me da un poco de alergia esto de los conceptos precocinados).

San Fermín. Nunca fui. Nunca quise ir. Me parece atroz que suelten esos toros aterrados, y entonces violentos (ponte en el lugar del toro, de vivir como un rey en el campo, a tu antojo, a que te encierren en un cajón, te griten, te picaneen un poco y te suelten en un lugar extraño con miles de seres de dos patas que te quieren tocar... yo ensartaba más de tres...) y la gente un poco borracha, o no, recién duchados y con el periódico en la mano, se ponga a joderlos.

Me van a decir que el toro de lidia no existiría si no hubiera fiesta de los toros (convengamos que no habría industria del toro tampoco...¿no será eso lo que hace "pupa"?) Es verdad, sin la fiesta no hay toro de lidia. Pero no es que vayan a matar a todos los toros y vacas. Es que la raza terminaría mutando en otra cosa. ¿Por qué no dejarlos pastar tranquilos en las mesetas españolas como símbolos del país?

Es imponente el toro de lidia. Es hermoso. Bellísimo. Y sí, es nuestra estampa más for export. Entonces sigan criando, estilizando, mejorando el animal, y mostrémoslo, pero la segunda parte, la de la corrida (de toros) no me gusta.
En esto sí que puedo opinar. Soy española y puedo. (Esto viene a cuento porque cuando he opinado alguna cosa de Argentina, donde vivo, me han cerrado el pico con eso de que no soy argentina... bueh, tampoco soy sorda o ciega y llevo aquí 16 años, ¿cuándo te dan el permiso?)

A mi abuelo le gustaban los toros y las corridas. Yo veía en la tele algunas, me gustaba que saliera el rejoneador (en algunas corridas de rejones, con esos caballos maravillosos que me dejan sin aliento).

Me gustaba ver la explosión que causa el toro cuando sale a la plaza como una locomotora (aunque luego se queda un poco perplejo, como diciendo ¿qué coño...?

Entonces veía al torero, que desde lejos lo provocaba con esa pelvis encerradita en el pantalón multicolor... "Eh! toro, torooooo" y el toro iba, noble animal, a ver si con suerte ensartaba al osado pelele. Pero no sabía el toro que donde él pone nobleza, el torero pone arte, es verdad. Hay que tener cojones para andar chuleando a 500 kgs de músculo embravecido. Si el torero no calcula bien tiene pocas probabilidades de salir del problema.

Nos viene de los griegos, de los romanos (no me acuerdo ahora, probablemente de una mezcla evolutiva de las dos). Hasta ese momento me parecía un ritual lindo. Ahora, ya cuando entra el banderillero con esos arpones bestiales a clavar en el toro, no me hace gracia. "Hay que desangrar al toro, si no no se puede" decía mi abuelo. Yo "flipaba", como se dice en España. Pues vaya unas narices, así cualquiera. Me parecía una traición. Si tenes los cojones de entrar ahí con ese toro, defiéndete como puedas, o corre....

 Luego entraba el caballo del picador. Pobre caballo, aterrado, con los ojos vendados y una especie de acolchado que lo protege. Y arriba el "picaor", pica en ristra. "Eh! toro, toroo!" Y el toro que ya está mareado, furioso y escupiendo sangre, ve al tipo del caballo y no lo puede creer. Allá va, con la rabia que siente y le clava las astas al caballo en la panza y LO LEVANTA del suelo. Más de un caballo destripado en la arena cuando las protecciones no eran lo que son. Pero los relinchos espantados del caballo se escuchan. "Abuelo, que va a matar al caballooooooo", "Bueno, nena, pero son caballos viejos, ya iban para el matadero". Otra vez pasmada. Qué lindo todo. Para mí, que era capaz de esperar dos horas de pie hasta que me dejaran dar una vueltita a caballo (en los caballos de salto, ya contaré eso), lo de que ya iba para el matadero era un horror más en la fila.

Y ya, con el caballo ensartado, el picaor, arriba, con ese sombrero que parece un casco de la 2°Guerra Mundial con alerito, le mete la pica (lanza) al toro para que se desangre un poco más.
Así vuelve el toro al llamado del torero, que se siente más valiente, pero ya sin ganas, con unas carreritas como esperando que lo dejen en paz. Me rindo, debe pensar el toro, ahora que me dejen descansar. Y no, llegan más vueltas y revueltas y luego el remate. Una puñalada en la testuz que, bien dada, debiera terminar con la agonía del toro... pero muchas veces no se hace bien, y ahí queda, pataleando y mugiendo hasta que viene un especialista y lo termina.
Lo más asombroso es que la carne de ese toro muerto se vende en las carnicerías como pan caliente. Rabo y testículos incluidos (hay hábitos de comida españoles de los que tenemos que hablarrrrrrrr). Pero no lo entiendo, no puede haber peor carne que la de un animal que muere así, aterrado, estresado, dolorido. Carne dura y llena de adrenalina. Puaj!

Bueno, eso. Que no, que ni corro delante del toro, ni entiendo qué le hacen al toro por muy tradición que sea. Mira si en el circo romano siguieran teniendo leones y les echaran algún turista que no pagó una infracción, algún vagabundo o algún ratero, todos los domingos... para eso inventaron el fútbol los ingleses... para que la gente se entretuviera con cosas menos sangrientas (aunque visto lo visto... no sé ¿eh? porque veo cada fault...
Hala, hoy me ha salido torero el post. Son las 12.38. Hace frío y comienzo a tener hambre. Sigo con mi día. Te veo luego.

sábado, 7 de julio de 2012

Ya sé, prometí el jueves que el viernes publicaría la primera entrega de esta nueva etapa politicamente incorrecta, pero no me dio tiempo. Preferí, es verdad, hacer otras cosas como dormir, comer y gozar la vida un rato. Así que vuelvo hoy.
Esa es una de las cosas que me están comiendo la vida. Cumplir con todas mis promesas. El otro día le dije a uno de mis jefes que se quedara tranquilo "que lo que prometo, lo cumplo". Y es verdad. Absoluta y cruelmente (para mí) verdad.