La intimidad durante el Tercer Reich
La figura de Hitler y su círculo íntimo aún fascinan a psicólogos e historiadores. "La infamia de Hitler es inmutable, pero la gente siempre buscará la causa de sus acciones." (Glenn Infield, "La Vida Secreta de Hitler").
El sadismo ha adoptado los uniformes de las SS alemanas, cuero negro, fustas, botas. La crueldad sexual está inexorablemente unida a una época emblemática en la historia, no es extraño que provoque curiosidad la vida privada de aquellos que compartieron mesa y cama con el Führer.
Las extrañas costumbres de Adolf HitlerSus hábitos y conducta eran extraordinariamente predecibles e impredecibles al mismo tiempo. Seguía una puntillosa rutina todos los días, pero era el" hombre de las mil caras" como lo denomina Infield. Según el talante con el que se lo conociese, podía dar disparejas impresiones. Solamente algunas personas que lo trataron en la intimidad relataron algún gesto inusitadamente amable o dulce.
Se quejaba continuamente de molestias gástricas y su comida era casi siempre la misma. Purés, y potajes sin ingredientes animales.
Hitler pedía siempre que sus cuartos de trabajo estuvieran frescos. "Me dijeron que Hitler sólo se sentía bien a 11 grados, y que nunca permitía que hubiese un poco más de calor en sus habitaciones de trabajo", Trudy Junge "La Vida Secreta de Hitler".
La relación del Führer con las mujeres, exceptuando sus dos relaciones más serias, fue absolutamente utilitaria. No era el deseo sexual su meta última, sino el financiamiento de sus proyectos, o la imagen beneficiosa que pudiese aportarle.
La vida sexual de este hombre era todo menos normal. Invitaba a menudo strippers que escudriñaba con binoculares para no perder detalle. Las chaquetas de cuero, las botas brillantes, las joyas con esvástica, las cadenas, los látigos, las motos. Todo esto que hoy ha devenido en símbolo sexual, fue diseñado para el uso de las SS, su guardia personal.
"Se desnudaba a las jóvenes y se las hacía tenderse en el caballete del gimnasio, donde los SS, y posiblemente Hitler, las inspeccionaban, y a veces las violentaban", contaba Erik Keitner, oficial de las SS.
A Hitler le fascinaban las nalgas femeninas, y toda la región anal-genital era para él un centro de atracción sexual.
Las mujeres del Führer
Las compañeras de Hitler, seducidas por el poder y el magnetismo que lo envolvía, pronto deseaban huir de su férreo control. Muchas tuvieron un final trágico. Todas quedaron marcadas por él.
Las compañeras de Hitler, seducidas por el poder y el magnetismo que lo envolvía, pronto deseaban huir de su férreo control. Muchas tuvieron un final trágico. Todas quedaron marcadas por él.
Renate Müller era una actriz que conoció a Adolf en 1932. Pronto quiso escapar, asqueada por la vida íntima que tenía que experimentar. Cuando consiguió ir de vacaciones a Londres se reunió con su amante. Días más tarde se informó públicamente que Müller había muerto de un ataque cardiaco.
Mimi Reiter tenía 16 años cuando lo conoció en Berchtesgaden. Tiempo después trató de suicidarse ahorcándose.
Su sobrina Geli Raubal fue uno de los amores de su vida. La adoraba y la vigilaba. Vivió años de sospechado abuso sexual con su tío y cuando decidió abandonarlo en 1931, la versión oficial fue que Geli se suicidó.
Magda Goebbles, esposa de Goebbles, estuvo enamorada de Hitler desde el primer día en que lo vio. Fue su amante y, para evitar habladurías, la hizo secretaria de privada de Goebbles Más tarde insistió en que se casara con él, y fue el padrino de bodas. Siguieron siendo amantes después. Ella lo amó con abnegación . Cuando llegó el final del Reich, se suicidó en el bunker, pero primero mató a sus seis hijos.
Winifred Wagner, nuera del compositor, se convirtió en su amante cuando enviudó. Ella fue una de las afortunadas que sobrevivió a las relaciones con él.
Unity Mitford, y Eva Braun, la única que se convirtió en Frau Hitler, tampoco sobrevivieron.
La mujer alemana
"La imagen nacionalsocialista de la mujer se remonta al socio-darwinismo del siglo XIX, reavivado en los escritos de los teóricos populistas y nacionalsocialistas, con "Mi Lucha", de Adolf Hitler y "EL Mito del siglo XX" de Alfred Rosenberg, a la cabeza." ("Las Mujeres de los Nazis" Anna María Sigmund).
La mujer alemana
"La imagen nacionalsocialista de la mujer se remonta al socio-darwinismo del siglo XIX, reavivado en los escritos de los teóricos populistas y nacionalsocialistas, con "Mi Lucha", de Adolf Hitler y "EL Mito del siglo XX" de Alfred Rosenberg, a la cabeza." ("Las Mujeres de los Nazis" Anna María Sigmund).
El estado nazi nunca desarrolló una imagen de la mujer alemana predeterminada. Surgió sola desde el entorno político y social.
Eslóganes de la mujer como guardiana de la raza desde su función de belleza y maternidad enmascaraban las verdaderas razones, que eran eliminar el desempleo y aumentar la población con vistas a la guerra.
La imagen de la mujer en el Tercer Reich era la de adorno de belleza y procreadora, lo mismo que una yegua purasangre de carreras. Eso en público, porque las damas alemanas habían llegado ya muy lejos con su emancipación como para dar un paso atrás. En realidad las dirigentes femeninas nazis raramente se quedaban tranquilas en casa. Si accedían al matrimonio era porque este era un instrumento reproductor ideal.
El programa de reproducción nazi, llamado "La fuente de la vida", se ideó para que mujeres racialmente irreprochables quedaran embarazadas de sementales arios. "Las medidas nacional-biológicas realmente tomadas en consideración en torno a 1943 parecen salidas de una película de terror: todas las mujeres menores de 35 años serían obligadas a tener cuatro hijos con hombres de pura raza alemana. Después los varones quedarían libres para la campaña militar." ("Las Mujeres de los Nazis").
Nazismo. Símbolo del mal y el horror en nuestros días. La sexualidad no podía quedar al margen de todos los aspectos políticos y sociales de aquel momento. Como la Historia de la humanidad, la sexualidad quedó marcada y heredera de algunas de las características de este régimen nazi.